Para comer en postres o solo, es el preferido de todos los argentinos
El dulce de leche
es un clásico de Argentina, para acompañar las tostadas del desayuno, en las
facturas o un postre, este alimento a base de leche y azúcar cautiva a los más
golosos.
Una de las versiones asegura que el dulce de leche se creó accidentalmente en Argentina en
1829, gracias al descuido de la criada de Juan Manuel de Rosas, en una estancia
en Cañuelas. Resulta que el caudillo se iba a juntar a firmar un pacto de
paz con Juan Lavalle y para acompañar el
mate de la reunión iban a tomar la clásica lechada (leche hervida con
azúcar).
La leche comenzó a
hervir en el fuego ante la distracción de la criada, que cuando se dio cuenta
de su olvido, observó que ésta ya estaba caramelizada, por eso el color marrón
claro. A Rosas y Lavalle les encantó el sabor de esta leche dulce, que pronto
se extendió a toda la región.
Su preparación no es complicada, pero requiere de mucho
tiempo y cuidado, para evitar que se hagan grumos. Con el tiempo, el dulce de
leche se transformó en uno de los
ingredientes preferidos de los argentinos, que lo utilizamos para rellenar
tortas, alfajores, acompañar postres como el flan, hacer helados o simplemente
comer solo, desde el pote.
Tan importante es, que hasta tiene su Día Mundial, el 11 de octubre, luego de que en el 2003 la
Secretaría de la Cultura de la Nación decidiera nombrarlo Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico de la Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario